Datos a salvo de filtraciones

Cada tanto, sale a la luz una filtración masiva de emails  y en ese momento, particulares y, más aún, empresas no pueden evitar pensar que sus bases de datos podrían ser objeto de un ataque similar y la información ser expuesta para su venta y uso fraudulento.

El caso más reciente es el de la brecha de seguridad bautizada como Collection #1: más de 772 millones de emails y 21 millones de contraseñas únicas han sido expuestos en un foro para hackers. Pese a que los archivos ya han sido eliminados de la nube, es posible que existan copias de este archivo gigantesco que podría incluso volver a ser compartido. A día de hoy, se desconoce el origen de los datos y la identidad del responsable de la filtración (puedes averiguar si tus datos han sido expuestos en el site Have I been pwned con tan solo introducir el correo electrónico).

Como recomendación para usuarios particulares, los expertos coinciden el apuntar que el mejor mecanismo de protección para nuestras contraseñas es utilizar un gestor de credenciales.  Si damos un paso más allá, llegamos a la responsabilidad en manos de aquellas empresas cuya actividad requiere el almacenamiento, tratamiento y gestión da datos.  Quienes almacenan y gestionan información sensible, están obligados legal y moralmente a hacer un uso responsable  y una gestión impecable de los mismos.

Los datos son propiedad privada y su relevancia como elemento de generación de valor para las empresas es incalculable. Por lo tanto, existe en las mismas el deber de confiar su gestión únicamente a partners altamente profesionales y que aseguren la información contra filtraciones.